Por Fabricio Soza. De la Redacción de Clarín.com
La industria del fútbol genera historias ilimitadas: están aquellos a los que el momento de gloria les llega desde chicos, los que recién de director técnico logran hacerse conocidos, y también aquellos cuyo paso por la canchas es casi anecdótico. Así como algunos futbolistas emigran al exterior y enorgullecen al club que los vio nacer al tiempo que se destacan en la Selección; hay una gran mayoría olvidada, a los que el deporte no les retribuyó el esfuerzo, pero sí los convirtió en maestros. Ex jugadores o apasionados, fundan sus clubes y escuelitas de fútbol en donde se radican. Muchos con el nombre del club de sus amores, otros con algún sello argento que los distinga, pero todos apuntan a lo mismo: formar chicos y ser de primera.
Siempre estuvo cerca
"El sueño mío es que juguemos acá, como si fuera Rosario Central, pero para llegar a eso hay que recorrer un trayecto bastante largo. No sé cuánto tiempo, pero tengo que empezar con lo principal, que es la credibilidad", le cuenta a Clarín.com Esteban Faure, Presidente de Rosario Central Los Ángeles, en EE.UU. Su historia podría ser un guión de película: en 1983 fue reclutado por un empresario para jugar representando a la comunidad argentina, pero el equipo se disolvió y regresó al país. Años más tarde, volvió al norte "porque los números no daban para vivir del fútbol", y se recuperó de un problema severo de páncreas, del que se salva una persona en mil.
"Pasé muchos años entrenando y hoy mi vida pasa por otro lado. Las cosas en mi negocio empezaron a andar bien y pude hacer lo que más me gusta: refundé el club, fui a hacer conexiones en Rosario y compré camisetas. Ahora tenemos que entrenar a los niños y hablarle sobre las drogas, el cigarrillo, o cosas que le sirvan para el futuro. En organización y complejo estamos cubiertos, no tenemos las necesidades que pueden haber allá", explica orgulloso Faure; y se lamenta desde California que "acá hay una colonia importante de argentinos, pero no es tan unida como la coreana o la mexicana". Parece que el club rosarino es el que más clones posee en el globo, ya que un Club Atlético Rosario Central de Catalunya le pone color a las ligas regionales desde mayo del 2004.
Celeste y blanca la del norte
La albiceleste no puede dejar de ser protagonista, es el caso de Argentina Florida Amateur, club que anima desde hace 5 años la Miami Soccer League. "La liga es semiprofesional y amateur porque no cobramos, pero jugamos torneos oficiales. Estamos afiliados a lo que es la FIFA y a la federación de acá, reconocidos legalmente como institución. Mi idea es hacer una escuela para chicos 'como la gente', por eso me afilié y tratamos de ser lo más profesionales posible, aunque a veces no se puede en lo económico", cuenta Cristian Ortuzar, presidente y fundador, que desde hace 6 años no puede regresar a ver a su hija. Pero igualmente repasa logros: "Estamos formando muchachos ya grandes, tenemos algunos que han jugado en la Argentina, por ejemplo nuestro entrenador, Mario Benítez, jugó en Boca y en Chacarita; y tuvimos un chico que se fue al Tenerife y otro que se llevaron a Talleres de Córdoba. Nuestra idea es formar a los muchachos para que tengan posibilidades de jugar en buenos equipos, y si es afuera, mucho mejor".
Tu grato nombre
Un grupo de argentinos radicados en Texas liderado por el ex Platense, José María Bazan, fundaron River Plate Soccer Club. La institución se encarga de fomentar el fútbol en los niños y desde su fundación hasta el momento ha crecido bastante: ya son más de 200 y al parecer ha obtenido campeonatos en varias categorías. ¿Y Boca? Según la versión oficial no se conocen clubes 'paralelos' -no se puede tener el nombre-, pero sí existen miles de peñas por todo el mundo. Otro que merece una mención es Ferro Carril Oeste de Washington, una filial que logró ser club y juega la Sunday First Division de la Washington Internacional Soccer League...Y Ferro va invicto en el campeonato.
Un caso a la inversa
El club fundado por los hermanos Mac Allister sigue la línea de formación de talento, pero en la Pampa, y con posibilidad de la venta de franquicia al exterior: "Para poder exportar la idea de trabajo y el funcionamiento que tiene que tener un club en todas sus áreas, desde la administrativa a la legal y contable, para eso estamos armando la franquicia. Nos está llamando gente de otros países y podemos aspirar al exterior, pero en copropiedad con ese país y poniendo nosotros el know how", afirma Carlos Javier Mac Allister, ex Boca Juniors y Selección, hoy dueño de su propio club.
Ya compiten a nivel oficial y aspiran a crecer, pero el Colorado se encarga de mantener los pies en la tierra: "Nuestra experiencia nos dice que primero hay que armar una institución para luego armar un equipo. Estamos cansados de ver clubes con una cancha para 10 o 15 mil personas y no tienen 50 pelotas para entrenar". En lo que es propiamente la formación de chicos, el ex defensor concluye que "lo primero que hay que enseñarle es a compartir, porque esto no es tenis y se juega en conjunto. Después, tenés un montón de cuestiones".
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